Radio Progreso Honduras

En el tiempo que duró en el ministerio de seguridad, fue conocido como el “showman”, debido a sus hollywodezcas salidas en los medios de comunicación, capturando “mareros”, que, según investigaciones y denuncias, eran sacados de los centros penales para elevar la imagen de este funcionario que ha mantenido un bajo perfil con respecto al golpe de Estado, pero que está involucrado hasta la médula ósea. Se convirtió en enemigo de Casa Alianza, por las constantes denuncias de indiferencia ante las muertes de jóvenes.

“Por la noche salen a asesinarlos. Los arrojan en los cañaverales, a veces los cuelgan o los matan con armas de fuego. Tal vez me eliminen, como lo hacen con ellos”, decía una de sus últimas cartas, escrita en 2003 antes de ser abatida por desconocidos, la joven agente de policía Ana Bessy Ramírez, quien acusó a sus colegas policías de ser “asesinos” y “corruptos”.

Oscar Álvarez, es el “bueno”, el que elimina la “basura” de la sociedad. En su período se comprobó que sólo el 6% de los delitos eran cometidos por pandilleros, en los cuales basó su publicidad y su popularidad, la que hoy utiliza para llegar al Congreso Nacional, de donde saldrá, para “seguir enfrentando la delincuencia”.

Algunos comunicadores son muy “amigos” de Oscar Álvarez, ya que durante su actoral gestión como showman, gastó más de 200 mil dólares pagando a comunicadores entre los cuales figuran, Eduardo Maldonado 650,000, Adolfo Hernández 210,000, Aníbal Barrow 111,000, Suyapa Núñez 91,000, Oswaldo Estrada 225,000, Nery Arteaga 101,000, Santos Gálvez 102,000, Eduardo Coto 61,000, Gabriel García Ardón 80,000, Ernesto Rojas 84,000, entre otros.

Este personaje, tan tétrico como Freddy Krueger, tiene en su curriculum, la muerte de 69 internos en la Granja del Porvenir de La Ceiba, 107 privados de libertad en San Pedro Sula, además, una de las peores masacres de la historia de Honduras, la muerte de 28 personas en un bus de la ruta de Chamelecón en San Pedro Sula.

Su hoja de vida o de muerte está llena de la sangre de nuestra juventud, y en reiteradas ocasiones a dicho que “los buenos somos más”. Curiosamente cuando estamos en campaña política la cifra de muertes violentas se incrementa, y nuevamente aparece este personaje prometiendo una seguridad, promovida en los medios que alteran los nervios de la población que ejerce el sufragio.