Radio Progreso Honduras

Hoy se cumple el octavo día del juicio oral y público contra los campesinos Isabel Morales y Carlos Madariaga. Según el criterio de diferentes organizaciones populares, están siendo acusados injustamente por los operadores de la justicia hondureña.

En las primeras audiencias les han atribuido una innumerable cantidad de delitos y acusaciones utilizando testigos falsos, solicitando una pena de 220 a 330 años de cárcel para Morales y de 146 a 200 años para Maradiaga, convirtiéndose históricamente en las penas de mayor cuantía solicitadas en Honduras.

La Fiscalía los acusa de ser responsables de los sucesos del 3 de agosto del 2008 en el sector de Silin, Trujillo, Colón, cuando un grupo de sicarios a sueldo a las órdenes del Comisionado de Policía y terrateniente Henry Osorto, se enfrentaron contra miembros del Movimiento Campesino del Aguán, resultando muertas doce personas, en su mayoría familiares del terrateniente.

El juicio oral y público se está realizando desde el lunes 14 de junio en el tribunal de sentencias de la Ceiba Atlántida y está previsto que finalice el 25 de junio.

Hasta el momento se han evacuado las pruebas testificales y documentales presentadas por el Ministerio Público, según Karla Escalante de la Plataformade Derechos Humanos no hay sustentación legal, ya que acusan a los campesinos por ser parte de la comunidad Guadalupe Carney, pero no hay nada específico.

El movimiento popular asegura que este es un conflicto de campesinos sin tierra y voraces terratenientes, que pretenden que ésta sentencia sea una demostración de fuerza de su parte, es decir, que todas las luchas por una verdadera reforma agraria en el campo hondureño son en vano, porque si no son asesinados por paramilitares y sicarios contratados, hay un Poder Judicial que se encarga de impedir todos los canales legales para el campesinado sin tierra.

Este juicio ha contando con la presencia permanente de las organizaciones populares frente al Tribunal de Sentencia en la Ceiba, con el propósito de desenmascarar la voracidad de la justicia hondureña en contra de los más humildes mediante comunicados y pronunciamientos a través de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.