20 oct 2009

DETRÁS DEL GOLPE Camilo Atala Faraj: jefe del clan del 81

Camilo Atala Faraj es un perfecto desconocido para el hondureño de a pie, y para la ética sus acciones dejan entrever una naturaleza interior sin escrúpulos, egoísta y soberbia. Capaz, como ya lo demostró, de financiar la muerte de pueblos si advierte que sus intereses están en riesgo.

La relación de Atala con la generación “americanista” va más allá de una amistad arrastrada desde la infancia, sazonada con relaciones de compadrazgo y parentesco, los une una desmedida ambición por apropiarse del poder político y las riquezas de Honduras.

Es uno de los empresarios más comprometidos en el derrocamiento del Presidente de la República, Manuel Zelaya Rosales. Él y el resto de las familias oligárquicas que invirtieron en el golpe de Estado nunca se imaginaron que mantener al régimen de facto, encabezado por Roberto Micheletti Baín y el general Romeo Vásquez Velásquez, resultaría tan oneroso y complejo, y menos que sentarían las bases de su propia destrucción sembrando en la mayoría de hondureños sentimientos xenofóbicos contra la comunidad árabe.

Camilo, “hondureño” de origen cubano-palestino, es el líder de los multimillonarios negocios de su familia que capitalizó enormes ganancias durante la gestión presidencial de Ricardo Maduro Joest

(2002-2006), que gobernó con y para los banqueros. El ex mandatario de origen panameño creó para éste el conveniente cargo de ministro asesor en materia de inversiones. Los Atala Faraj son propietarios del grupo financiero Ficohsa, que comprende Banco Ficohsa, Interamericana de Seguros, Ficohsa Express, PSI –Proyectos y Servicios Inmobiliarios-, Dicorp –Divisas Corporativas- y Fundación Ficohsa. Por su parte los Faraj son dueños de la cadena de tiendas Diunsa y los supermercados La Colonia. Es imposible referirse a Camilo Atala pasando por alto a

sus íntimos amigos de la generación de graduados de la Escuela Americana en 1981, sin lugar a dudas una de las más influyentes en la vida política y empresarial del país.

En este grupo destacan Anna María Villeda Ferrari de Kafati, empresaria de las telecomunicaciones (Televicentro) y comidas rápidas (grupo Intur); Ricardo Álvarez, Alcalde de Tegucigalpa y ex secretario privado de Ricardo Maduro; Elvin Santos Ordóñez, empresario de la construcción y candidato presidencial por el Partido Liberal; Antonio Rivera Callejas, diputado nacionalista y banquero; Elías Lizardo, ex Ministro de Salud del gobierno “madurista”; y Vicente Williams, hijo del ex designado presidencial del mismo gobierno, Vicente Williams Agasse. A Camilo se le considera el jefe del “clan del 81”.

En sus mentes frías y calculadoras han trazado un plan para lograr la presidencia de la república, primero con la candidatura de Elvin Santos Ordóñez, que antes del golpe de Estado ocupaba el primer lugar en las encuestas de aceptación popular, pero la situación cambió y está en seria desventaja con el contendor nacionalista, todo por su activa participación en el derrocamiento de Zelaya.

El siguiente en la lista de aspirantes a la sucesión presidencial, al puro estilo de la monarquía europea, es el nacionalista Ricardo Álvarez (2014-2018), seguido por Antonio Rivera Callejas (2018- 2022). Si existe duda de tal afirmación, lo invitamos a leer la entrevista realizada a Mario Rivera Callejas, hermano de Antonio, que diario La Tribuna publicó el 6 de diciembre de 2008. Atala Faraj no tiene partido político, él invierte en los dos mayoritarios.

Otros de sus amigos que logró introducir como Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, es Marco Vinicio Zúniga Medrano, asignado a la Sala de lo Civil. Zúniga fue apoderado legal del Grupo Ficohsa.

Según información exclusiva, Camilo Atala, en representación de Banco Ficohsa y en calidad de presidente del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), capítulo Honduras, contrató junto a otros empresarios hondureños, la empresas estadounidenses Orrick, Herrington & Sutcliffe LLP, Vision Americas y Cormac Group para realizar trabajos de cabildeo (lobby) en el Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional, la Cámara de Representantes y la Cámara de Senadores de Estados Unidos.

El propósito de la campaña es “consolidar la transición democrática en su país”, “informar de los hechos relacionados con la remoción del señor (Manuel) Zelaya” y tratar temas como “las relaciones entre Estados Unidos y Honduras”.

El Presidente Zelaya denunció que el banquero tuvo reuniones secretas a mediados de septiembre con el ex presidente Carlos Flores Facussé, el fiscal general Luis Alberto Rubí, el empresario Arturo Corrales y el alcalde capitalino, Ricardo Álvarez y los candidatos presidenciales de los partidos Liberal, Nacional, PINU y Democracia Cristiana, con el propósito de boicotear el Plan Arias que propone la restitución de Zelaya. Camilo Atala y sus amigos están desesperados por consolidar el régimen de facto y así continuar con los planes de controlar el Estado y las riquezas de Honduras.

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